Estaba todo programado, aunque tarde, habíamos hecho la reserva del vuelo y del hotel para pasar el fin de año en Londres WOW!! era un planazo, ya teníamos previsto dónde ver los fuegos, cerca del hotel, alrededor de Regent’s Park, y si había sitio en Primrose Hill, ya que al decidir tan tarde el viaje no había posibilidad de verlos frente al London Eye.
Todo programado ¿? Casi todo ¿? Pues no, no contábamos con un amigo inesperado en el viaje, una gripe muy cabrona que nos dejó en fuera de juego completamente la noche del 31 de diciembre.
Recapitulemos un poco, para que se entienda todo un tanto mejor. Teníamos el vuelo el 28 de diciembre, desde Barcelona, mi santa ya se puso con fiebre el 27, pero sacó fuerzas para aguantar las horas de coche hasta el aeropuerto y después coger el vuelo. Yo no tenía síntomas de nada, también algo habitual en mi, mi relación con el virus de la gripe a lo largo de mi vida ha sido buena, nos respetamos bastante, yo le dejo hacer y el no me castiga con muchos días en cama o fastidiado.
Los días 29 y 30 los fuimos capeando, saliendo pasear por las mañanas y descansando en el hotel por las tardes, el virus seguía su curso en el cuerpo de Miss Leyman, mañanas más o menos benignas y tardes de fiebre continua, nada nuevo, aunque nos mosqueaba la persistencia del virus en aguantar tantos días dando el coñazo.
El 31 se despertó la bestia, a media mañana empecé a encontrarme mal y a eso de las 3 de la tarde la fiebre luchaba dentro de mi contra el maldito virus, dejándome en fuera de juego totalmente, por un momento hasta pensé en descansar un rato y luego salir a ver los fuegos y el ambiente, que iluso, me costaba hasta llegar al baño.
Atardecer desde la ventana de la habitación de hotel
Sobre las 6 bajé a tomarme algo de comer, y rápidamente subí a la habitación de nuevo, la fiebre seguía subiendo. Me quedé dormido y desperté a las 23:30, justo para ver el final del último programa de la BBC, antes de los fuegos, que por supuesto vi en la tele de la habitación.
No recuerdo haber pasado un fin de año así, puede que de pequeño alguna vez me pusiera malo, la verdad es que no lo recuerdo. Si no he podido celebrar algún fin de año en condiciones siempre había sido por trabajo, por madrugar el día 1 de Enero o llegar a casa tarde, o justo, la víspera.
Una nueva experiencia, saber aprovechar hasta estos momentos un poco menos buenos para seguir adelante e intentar disfrutarlos de la mejor manera. No siempre todo lo que se planifica sale bien, por muy bien planificado que esté, la vida maneja sus propias variables y poco podemos hacer, dejarnos llevar y aprender, siempre aprender algo.
Aún así el viaje ha valido mucho la pena, nos ha ayudado a ver hasta dónde podemos llegar, cuan lejos está nuestro límite, que pocas veces conocemos a no ser que forcemos la máquina, y como en este caso, las circunstancias te obliguen a ello. FELIZ AÑO a todos aunque sea final de enero. 😛